Las Bienaturanzas de los Adventistas

Bienaventurados son los adventistas “pobres en espíritu” (Mateo 5:3), porque cuando Cristo venga dirán: “este es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará; este Es el Jehová, a quién hemos esperado, nos gozaremos y alegraremos en su salvación” (Isaías 25:9).

Bienaventurados son los adventistas “que lloran” (Mateo 5:4), porque cuando Cristo venga “enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 21:4).

Bienaventurados son los adventistas "mansos" (Mateo 5:5), porque cuando Cristo venga heredarán y morarán en la "tierra nueva" (Apocalipsis 21:1)

Bienaventurados son los adventistas “los que tienen hambre y sed de justicia” (Mateo 5:6), porque cuando Cristo venga habrá “cielos nuevos y Tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (II Pedro 3:13).

Bienaventurados son los adventistas “misericordiosos” (Mateo 5:7), porque cuando Cristo venga oirán: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).

Bienaventurados son los adventistas “de limpio corazón” (Mateo 5:8), porque cuando Cristo venga verán a Dios “cara a cara” (I Corintios 13:12).

Bienaventurados son los adventistas “pacificadores” (Mateo 5:9), porque cuando Cristo venga “seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como él es” (I Juan 3:2).

Bienaventurados son los adventistas que “padecen persecución por causa de la justicia” (Mateo 5:10), porque cuando Cristo venga y probada vuestra fe, “sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. (I Pedro 1:7).

Bienaventurados son los adventistas cuando “os vituperen y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo” (Mateo 5:11), porque cuando Cristo venga “serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Apocalipsis 20:6).

OBS: El término adventistas no fue usado en el texto de manera exclusivista para referirse solamente a los miembros de la iglesia Adventista del Séptimo Día, pero a todos los cristianos que aguardan el segundo advenimiento del Señor.

Ribamar Diniz