terça-feira, 13 de outubro de 2009

El Papel de Miguel en los Últimos Eventos


Ribamar Diniz es Bachiller y Licenciado en Ciencias de la Religión por las Facultades INTA (Brasil). Actualmente es alumno del 3do semestre de Teología de la Universidad Adventista de Bolivia. Es autor de dos libros en portuges "O Alicerce da Açao: Texos e Frases para Reflexáo y Conheça Nossa História: Origem e Expansao dos Adventistas do Sétimo día em Juazeiro do Norte. Esta ponencia fue presentado en el I Simposio Biblico Teológico de la Facultad de Teología de Bolívia, en 10 de noviembre de 2008.

Resumen


A medida que se acerca la segunda venida de Jesús crece el interés y la necesidad del pueblo de Dios de conocer los sucesos del capítulo 12 de Daniel que bosqueja los eventos de la historia mundial en la fase final ‘del tiempo del fin’. El versículo 1, modo particular, tiene un significado escatológico cristo céntrico destacando la actuación de Miguel (un título de Cristo) en la defensa y liberación final del pueblo Remanente. Este artículo ofrece bases para la identificación de Miguel y su actuación en los últimos acontecimientos, que se avecinan con rapidez.

Abstract

So when more and more the second coming of Jesus Christ is approaching the interesting about Daniel the chapter 12, which one give to us a outline about of the final time or period of this world. In the first vesicle, in a particular way has a Christ meaning when Michael (other name for Christ) put in evidence the defense and the final freedom for the remaining people. This article offers a solid base to indentify Michael in his actuation in the final period which is coming very soon and fast.
Introducción
La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene una deuda eterna con el libro de Daniel. Según William Shea, “en estas profecías [de Daniel y Apocalipsis], el pueblo adventista ha encontrado su tiempo, su identidad y su deber”[1]. Históricamente “el librito” (Véase Apoc. 10:9) profético despertó el movimiento millerita, donde surgió la Iglesia Adventista (Dan. 8:14; Apoc. 10:11); teológicamente reveló la columna central alrededor de la cual giran sus creencias y doctrinas[2] y motivó la predicación de la verdad presente (I Ped. 1:12), tornándola una iglesia mundial (Apoc 14:6).

A medida que se acerca la segunda venida de Jesús crece el interés y la necesidad del pueblo de Dios de conocer los sucesos del capítulo 12 de Daniel. Este capítulo “bosqueja los eventos de la historia mundial en la fase Terminal ‘del tiempo del fin’… [En el] nos encontramos al borde de l eternidad”[3]. El versículo 1, tiene un significado escatológico cristo céntrico destacando la actuación de Miguel (un título de Cristo) en la defensa y liberación final del pueblo Remanente. Este artículo, por lo tanto, presentará aportes claves para una comprensión del papel de Cristo en los últimos acontecimientos, que se avecinan con rapidez.

La identidad de Miguel

Según Lewis y Oliver, Miguel figura como el mayor de los ángeles en las tres religiones mono teísticas principales; el judaísmo, el cristianismo y el Islam […] tradicionalmente se lo consideraba el principal del orden de las virtudes: jefe de los arcángeles; príncipe de la presencia; ángel de arrepentimiento, de la justicia, de la misericordia y de la santificación; y gobernante del cuarto cielo, conquistador de Satanás […] Además, ha sido identificado con el ángel que detuvo la mano de Abraham cuando estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac[4].
Es importante conocer la personalidad de Miguel, pues, como se verá adelante, ella aclara su actuación. Los eruditos adventistas son casi los únicos teólogos a identificaren a Miguel con Cristo y los adventistas son casi los únicos cristianos a adoptar esta creencia.[5]
Para los católicos Miguel es uno de los cuatro arcángeles (junto a Gabriel, Rafael y Uriel)[6]. La mayoría de las denominaciones evangélicas lo consideran un ángel (un ser creado)[7] o “la cabeza de la jerarquía angélica”[8]. Los testigos de Jehová adoptan la creencia de que Miguel es el “mayor de todos seres creados”[9]. En el Judaísmo “es uno de los ángeles que asisten ante el trono de Dios”[10].

Existen por lo menos cuatro evidencias para sustentar la posición adventista, según la cual Miguel es Jesucristo[11]: La palabra original (heb. Mika’el) significa literalmente “¿quien [es] como Dios?”. El único semejante a Dios es Jesús (Juan 1:1; Fil. 2:5,6; Col. 2:8,9). “El ‘príncipe de los ejércitos’ o ‘Príncipe de los príncipes’ (Dan. 8:11,25) es también el ‘Mesías Príncipe’ (Dan. 9:25). Él es el mismo que ‘Miguel vuestro príncipe’ (Dan. 10:21), o ‘Miguel, el gran príncipe’ (Dan. 12:1).” El término arcángel aparece sólo dos veces en la Biblia. Pablo (I Tes. 4:16) presenta Cristo viniendo con voz de arcángel y Judas (vers. 9) llama a Miguel de arcángel. El testimonio de Elena White. En varias ocasiones Elena White dejó claro que Miguel es Cristo. “Miguel, o sea Cristo, y los ángeles que sepultaran a Moisés, descendieron del cielo después que permaneció en la tumba por algún tiempo y lo resucitaron para llevarlo al cielo.”[12]

A seguir son presentadas varias citas apoyando esa conclusión: ¿Y que valor tiene saber que Miguel no es un ser creado sino que es, en realidad nuestro divino Señor y Salvador, Jesucristo? Por un lado, este conocimiento nos ayuda a mantener la visión de Daniel 10 al 12 en una perspectiva adecuada. La visión comienza con una revelación […] acerca de Jesús en su segunda venida. La historia […] aquí presentada comienza y termina con el Señor de la historia. Una vez más se nos recuerda que Dios se interesa, que él está en el control… ayuda también a recordar que el foco principal de las profecías no es Antíoco Epífanes ni el Anticristo… el centro siempre es Jesucristo[13].

"¿Quién es Miguel, y qué significa el hecho de que se levante? Miguel es ‘llamado el arcángel’, en Judas 9; esto significa el jefe o cabeza de los ángeles. Hay un solo […] ¿Quién es? Es aquel cuya voz se oye desde el cielo cuando resucita a los muertos (1 Tes. 4:16), cuya voz se oye en relación con este acontecimiento: la voz de nuestro Señor Jesucristo (Juan 5:28)… la voz del hijo de Dios es la voz del arcángel; por lo tanto, el arcángel debe ser el hijo de Dios. Pero el arcángel se llama Miguel; de ahí que Miguel debe ser el nombre dado al Hijo de Dios."[14]

"Como indican Judas 9 y Apocalipsis 12:7, Miguel es Cristo. Aparece en muchos lugares de la Biblia, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento, con diversos títulos que revelan sus diversas funciones en el plan de salvación. El nombre Miguel se usa particularmente en situaciones donde hay conflictos acerca del pueblo de Dios. Miguel viene para luchar por él, protegerlo librarlo."[15]

“Moisés pasó por la muerte, pero Miguel bajó y le dio vida antes que su cuerpo viese corrupción… Miguel resucitó a Moisés y lo llevó al cielo. Satanás protestó… contra Dios…por permitir que se le arrancase su presa; pero Cristo no reprendió a su adversario…le remitió a su padre diciendo: ‘Jehová te reprenda.”[16] El Comentario bíblico adventista asume el punto de vista de que Miguel “es uno de los nombres de Cristo” no como ángel principal, sino como el gobernante de los ángeles[17]. En el I simposio bíblico teológico de la Facultad de Teología de Bolivia el Doctor Merling Alomía hizo afirmaciones que están de acuerdo con este posicionamiento presentado[18].

La actuación de Miguel

La figura de Miguel recibe destaque sólo en cuatro textos bíblicos apocalípticos (Dan. 10:13; 12:1; judas 9; Apoc. 12:7)[19] todos relacionados con el papel de Cristo como protector, libertador, defensor; un guerrero que lucha por su pueblo. En ellos Jesús no envía sus ángeles o el Espíritu Santo, mas lucha personalmente por sus hijos. Cristo usa ese título honroso cuando está en conflicto directo con Satanás. Él se presenta como el Comandante de las huestes celestiales para:

Vindicar el carácter de Dios - El nombre Miguel (Heb. Mika’el y grie. Mija-el) que significa “¿quien como Dios?” es una interrogación y al mismo tiempo un desafío. Como la rebelión de Satanás es esencialmente “un intento de usurpar el trono de Dios y ser ‘semejante al Altísimo’ (Isa. 14:14) este nombre es muy apropiado para Jesús, que ha emprendido la tarea de vindicar el carácter divino y refutar las pretensiones de Lucifer[20]. El nombre usado por Cristo, así como Su persona revelan al Padre (Ver Juan 14:7-9) y su superioridad sobre cualquier de sus criaturas (Sal 24:1). Básicamente el conflicto cósmico empezó por que el honrado querubín tuvo envidia de Cristo, el único ser en todo el Universo igual a Dios (Juan 17:22). “Satanás decidió ser el primero en los concilios celestiales e igual a Dios”; cuando ganó a muchos ángeles para su bando, “presentó su causa ante Dios argumentando que el deseo de los ángeles era que él ocupara la posición de Cristo”. Cuando el espíritu de descontentamente se transformó en una abierta rebelión hubo guerra en el cielo (Ver Apoc. 12:7-12) y Satanás, que había luchado por el dominio en el cielo, perdió la batalla y fue expulso. Sin embargo, siguió representando una falsa imagen de Dios, de Cristo y de su Ley.[21]

Vencer el diablo y la muerte - Judas 9 revela que el cadáver de Moisés fue objeto de una disputa entre el arcángel Miguel y el diablo. Como Moisés aparece en el monte de la transfiguración (Mat. 17:3) se deduce que el Señor triunfó en la lucha contra el diablo y resucitó a su siervo, convirtiéndolo en la primera persona que fue objeto de Su poder resucitador[22]. Esta hegemonía de Jesús sobre el enemigo prefigura su victoria en la futura resurrección de los justos (I Tes. 4:16) sobre la muerte para siempre (Apoc. 1:5, 8; I Cor. 15:20, 26, 27, 54, 55). 3.
Proteger y liberar finalmente el pueblo de Dios (Dan. 12:1) - De todos los textos sobre Miguel es el único que presenta su victoria final a favor de su pueblo.
Estructura y Comentarios[23]

El texto analizado tiene varias relaciones con el resto del libro de Daniel. Los primeros versículos de Daniel revelan Dios entregando los hijos de Israel al cautiverio babilónico (Daniel 1:1-2). Los últimos (especialmente el versículo uno) demuestran su poder de librar su pueblo de la presencia del mal. Para Doukhan la victoria inicial de Nabucodonosor tiene su respuesta en el triunfo final y cósmico de Miguel, que asegura lo de su pueblo.[24]

Es interesante y significativo notar que cada uno de los primeros versículos de cada capítulo de Daniel[25] destaca un gobernante humano y sus actividades o carácter (Nabucodonosor, Darío, Belsazar, etc.) en cuanto Daniel 12:1 presenta la personalidad y acciones de Miguel, “el gran príncipe” (referencia a dominio y realeza). Todo el libro tiene a Cristo como Su Personaje central.

No es difícil entender porque el último capítulo cierre el libro destacando Miguel. “Daniel es un libro mesiánico por excelencia, pues su mensaje clímax se centra en el Mesías.[26]

Parte A: “Y en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo” – La actuación y carácter de Miguel. “Aquel tiempo” se refiere al tiempo de la desaparición del poder descrito al final del capítulo anterior. Los primeros versículos del capítulo 12 describen el fin del conflicto anterior, cuando el Anticristo llega a su fin[27]. “se levantará” (amad) es una palabra hebrea que “pertenece al vocabulario de guerra y es expresada por el soldado que resiste y vence a su enemigo”.[28] Deja muy claro que Cristo, “el Paladín divino en el gran conflicto” se levanta para librar su pueblo. Hay aquí una connotación de pelea militar, pues el término príncipe (heb. sár) aparece 420 veces en el Antiguo Testamento con varios significados, incluso con “comandantes militares”. Para Urías Smith levantarse “significa asumir el reino, reinar”… empezar a reinar, dejando de lado las vestes de sacerdote en el Santuario celestial y poniendo el manto real. Cesa la obra de Sumo Sacerdote y se acaba el tiempo de gracia concedido al mundo[29] (Apoc. 16: 17; 22:11; Daniel12:10) desde ese momento hasta que venga habrá entonces la gran angustia. “Entonces vi que Jesús se despojaba de sus vestiduras sacerdotales y se revestía de sus mas regias galas. Llevaba en la cabeza muchas coronas…rodeado de la hueste angélica dejo el cielo”. (White, CS, 402, 404). “Está de parte” (“que se levanta sobre”), es decir, para proteger. Revela aún la condescendencia de Cristo en redimir sus siervos, una parte importante de su heredad[30].

Parte B: “Y será tiempo de angustia cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonteces” – la gran angustia mundial. “Cuando cese la mediación de Cristo y el Espíritu de Dios se retire de entre los hombre, entonces todos los poderes de las tinieblas que han sido retenidos descenderán sobre el mundo con furia indescriptible. Habrá una escena de lucha tal que ninguna pluma podrá describirla. (Ver CS 671, 672).” Durante ese período el pueblo santo es protegido “de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero” (Apoc. 3:10) aunque esté sin la intercesión de Cristo y pasando por la terrible angustia de Jaco (Ver Gen. 32:22-30). Ese período es marcado por las plagas (Apoc. 16) y calamidades internacionales. Luego después de estos eventos Cristo personalmente liberta su pueblo.

Parte C: “Pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro” – La liberación final del pueblo de Dios con base al juicio. Es un consuelo saber que el resultado del gran conflicto no está en duda, sino que la victoria es cierta. Según Maxuel la aparición de Miguel manifiesta que el juicio previo a la segunda venida predicho (Dan. 7:9-14 y 8:14) ya llegó a su fin. Los libros ya fueron examinados. A plena vista de millones de espectadores del universo, Jesús, nuestro sumo sacerdote que ya “levantado sus manos heridas a favor de los creyentes arrepentidos y leales, les ha impartido poder para vencer y ha pedido para ellos salvación plena”. Jesús puede venir por fin y establecer su reino[31]. Naturalmente los salvos son que se “hallen escritos en el libro” de la vida (Apoc. 20:12; Dan. 8:10). La “resurrección especial” y los acontecimientos mencionados después (Daniel 2:2, 3) manifiestan que serán los sucesos relacionados con la segunda venida de Jesús.

Aplicaciones para hoy

Cada fiel hoy puede tener la seguridad de que Miguel venció en el cielo, en la tierra y su victoria final ya esta garantizada en los últimos días. Por eso la visión de un Jesús indefenso en la lapa, o de un sufridor en la cruz no tiene mucho que ver con su papel como el gran guerrero Miguel, que lucha y vence por su pueblo, prestes a venir “no como Mesías sufriente, sino como el Mesías eterno, victorioso y triunfante, como el Rey de reyes y Señor de Señores”[32].
Como se acercan los días en que Miguel se levantará cada cristiano debe garantizar que su nombre este en el libro de la vida (Apoc. 20:12, 15), mediante una aceptación personal del sacrificio de Cristo y una vida de comunión (Apoc. 12:11; Juan 17:3). No teniendo miedo de la angustia de Jaco, sino mirando a Jesús, el autor y consumador de la fe (Heb. 12:2).
Cuando Daniel presenta “a los fieles de todas las edades un cuadro real de la gran controversia entre Miguel” y su adversario muestra “con absoluta certeza que aunque el reino de Dios en la tierra ostente aparente destrucción, finalmente será establecido para siempre… aunque en los postrimerías del tiempo del fin los” santos vivirán tiempos de angustia, “sin precedente, el mismo Mesías intervendrá de manera definitiva por los suyos”[33]; cuando ellos entonces podrán gozar de paz y seguridad por la eternidad (Apoc. 21:4; Nahum 1:9: Mal. 4:1-2).

Referencias:

[1] William H. Shea, Estudios selectos sobre interpretación profética, 1ª ed., ed. Rolando A. Itin, trad., Aldo D. Orrego (Argentina: Ediciones SALT, 1990), xi.

[2] Alberto R. Timm, O Santuario e as três mensagens angelicas: factores integrativos no desenvolvimento das doctrinas adventistas, 2da ed., revisada., trad. Arlete Inês Vicente (Engenheiro Coelho, Sao Paulo: Imprenta Universitaria Adventista, 1999), 1-3.

[3] Gerard Pfandl, ed. Carlos A. Steger, trad., Rolando A. Itin, Guía de estudio de la Biblia, edición para maestros, octubre-diciembre de 2004 (Vinto, Cochabamba: Ediciones Nuevo Tiempo, 2004), 149.

[4] James R. Lewis y Evelyn Dorothy Oliver, Angels A to Z, p. 275. Citado en Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 153.

[5] Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 149.

[6] J. Dheilly, Diccionario bíblico (Barcelona: Editorial Herder, 1970), ver “arcángel”.

[7] Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 151, 153. Para algunos los adventistas no reconocen totalmente y don un falso testimonio contra la deidad de Cristo por considerar a Cristo Miguel, un ángel creado. Ibíd.

[8] Comentario bíblico Moody: nuevo testamento. Redactado por Everett F. Harrison (USA:Casa Bautista de Publicaciones,) 554.

[9] Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 149.

[10] Dheilly, Diccionario bíblico, ver “Miguel”. La literatura judía lo describía como el más encumbrado de los ángeles, el verdadero representante de Dios. Identificando aún con el ángel de Jehová y el ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás. 824. Francis D. Nichol, ed. Comentario bíblico Adventista, vol 7, trad. Víctor E. Ampuero Matta. (Boise: Publicaciones Interamericanas, 1990), 824.

[11] Con excepción del punto 4 fueron basados en Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 152.

[12] Elena G. de White, Historia de la redención, 1ra edición. 1980, trads. Gastón Cluzet y Alberto Novell (Buenos Aires: ACES, 4ta reimp., 1996), 177 grifo nuestro. Véase aún Primeros escritos, 164; El deseado de todas la gentes, 390; Profetas y reyes, 418-419; Conflicto de los siglos, 671; Profetas y Reyes, 17-19; 511; La verdad acerca de los Ángeles, 110.

[13] C. Mervyn Maxuel, El misterio del futuro revelado, 271-2, citado en Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 153.

[14] Urias Smith, Las profecías de Daniela del Apocalipsis, vol. 1, ed. revisada (Moutain view, California: Pacific Press, 1948), 247.

[15] William H. Shea, Daniel 7-12, 215. Citado en Guía de estudio de la Biblia, octubre-diciembre de 2004, 155.
[16] Elena G. de White, Primeros escritos, 1ra reimpresión., (Buenos Aires: ACES, 1999), 164. Elena White también llama a Cristo de “el supremo y amado Comandante de los ángeles” (3SG 38) CBA 7:984.

[17] CBA 7:256, 724.

[18] Merling Alomía, 11 de noviembre de 2008. Comentarios durante el I Simposio Bíblico Teológico: Teología de Daniel, Universidad Adventista de Bolivia. Entre otras cosas el doctor Alomía dice: “no tengan miedo de decir que Miguel es Cristo”. Esclareció aun que “es claro que enseñamos que Miguel es Cristo” y que El no tiene la naturaleza, sino “el liderazgo de los ángeles”, la cual nunca depuso. I Simposio bíblico teológico: Teología de Daniel: Facultad de Teología, SCIFT, Universidad Adventista de Bolivia 10 al 11 de noviembre 2008.
[19] Diccionario bíblico adventista des séptimo día, 1995, ver “Miguel”.

[20] CBA 4: 886.

[21] CBA 7:983-984.

[22] Ibíd., 824

[23] Cuando no exista otra indicación los comentarios son basados o tomados textualmente (entre comillas) mayormente de CBA 4:671, 691, 698-700, 714, 903, 903. La versión bíblica adoptada fue la Reina Valera revisada 1960.

[24] Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel: sabiduría y sueños de un príncipe hebreo en el exilio (Buenos Aires, Argentina: ACES, 2007), 183, 184.

[25] Ver Daniel 1:1; 2:1; 3:1; 4:1; 5:1; 6:1; 7:1; 8:1; 9:1; 10:1; 11:1.

[26] Merling Alomía, Daniel: su vida, sus tiempos y su mensaje,1ra ed., (Lima, Perú: Ediciones Teológica, 1991), 143.

[27] Maximo Vicuña A., Estudios del libro de Daniel (Lima, Perú: Ediciones Representaciones, 1986), 144.

[28] Doukhan, Secretos de Daniel, 184.

[29] Smith, Las Profecías de Daniel y del Apocalipsis, 248. [30] Ibíd.

[31] Mervyn Maxwell, El misterio del futuro revelado (Buenos Aires, Argentina: ACES, 1991), 299. [32] Alomía, Daniel, 150.

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